Ser albino no es nada agradable y no sólo por tener una apariencia bastante singular, sino que por lo problemas médicos que esto acarrea. La gran mayoría de los albinos, sufre de condiciones que le complican la vida.
Una de las complicaciones más comunes son los problemas a la vista, ya que el ojo no es capaz de filtrar la luz. Además, sus retinas tienen un tamaño anormal y la conexión entre el nervio óptico y el cerebro está dañada.
La gran mayoría de ellos tiene visión reducida y, en los casos más graves es ciego. Además, necesitan proteger sus ojos del sol de forma constante.
La piel de los albinos, es extremadamente sensible al sol y se quema constantemente sin broncearse. Esas quemaduras resultan muy dolorosas y, si no se tienen los cuidados necesarios, pueden desarrollar cánceres cutáneos.
Los albinos utilizan ropa protectora, cremas de protección solar, sombreros y gafas de sol en todas las estaciones del año.
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